De acuerdo a análisis realizados, resulta altamente perjudicial para la salud ingresar en un vehículo que ha estado expuesto al sol. Los rayos solares al incidir directamente en su interior, aceleran la degradación de algunos materiales y produce la emanación de un tóxico carcinogénico que puede ser inhalado por los pasajeros.
Con la llegada del verano, es común que la temperatura ambiente pueda sobrepasar más allá de los 30°C y si eres uno de los conductores que por no encontrar un lugar a la sombra, deja su vehículo aparcado bajo el sol sin ningún tipo de protección, no te sorprendas que al querer ingresar al interior te encuentres con que el coche se ha convertido en un verdadero horno y que incluso no puedas sentarte o agarrar el volante por las elevadas temperaturas.
De acuerdo a las estimaciones, con una temperatura ambiente de 35°C, un coche que ha quedado expuesto a los rayos solares de manera directa, puede alcanzar una temperatura interna de 55°C; es decir, 20 grados por encima del exterior. Por esto, muchos conductores suelen utilizar un parasol de coche como una práctica que beneficia tanto al vehículo como a los pasajeros, especialmente en los días de verano cuando las altas temperaturas nos afectan a todos por igual.
El benceno, un químico carcinogénico
El interior de un coche que ha estado bajo el sol por más de una hora y sin la protección de un parasol, puede llegar a ser uno de los habitáculos más tóxicos que te puedas imaginar. No se trata de una especulación o de un mito, ya que según los investigadores de Alvatowash, el calor excesivo registrado en el interior de un coche favorece la emanación de una sustancia toxina volátil llamada benceno, que resulta perjudicial para la salud de las personas.
El incremento de benceno en un coche sin protección, ocurre cuando el vehículo es dejado al sol por más de 60 minutos. En estos casos y frente a las elevadas temperaturas, los materiales internos de algunos componentes tal como el salpicadero, asientos y paneles, aceleran su degradación y liberan esta sustancia tóxica en cantidades alarmantes (hasta 3.000 mg).
El benceno puede ocasionar serias afecciones a la salud, incluyendo daños irreversibles a la estructura de la sangre. Esto ocurre cuando estamos expuestos a su inhalación de manera prolongada y en altos niveles de concentración, ya que esta sustancia química es capaz de destruir los glóbulos rojos y ocasionar cuadros de anemia y lo que es peor, puede causar un tipo de cáncer llamado leucemia.
Hacerte con el mejor parasol de coche, con gran cobertura, fácil de poner y quitar y con materiales reflectantes que impidan el paso de los rayos solares al interior del coche, podría ser la gran diferencia entre la vida o padecer de alguna enfermedad grave. Además, el uso de un parasol puede llegar a reducir no solo la temperatura interna del vehículo, sino también la emanación de benceno hasta en un 50%.
Otros efectos negativos del calor en tu coche que debes conocer
Adicionalmente a la contaminación por benceno, es importante que conozcas otros factores potencialmente peligrosos para la salud a los que te expones cada día cuando dejas tu coche bajo los rayos solares.
Debido al rápido incremento en la temperatura interna, es aconsejable evitar permanecer dentro del coche mucho tiempo y más aún, si este se encuentra apagado, con el aire acondicionado sin funcionar y con las ventanillas parcialmente cerradas.
Es por todos conocido, los accidentes lamentables que ocurren cuando algunas personas dejan en el coche, bajo condiciones ambientales de calor extremo, “solo por un momento” a un niño, a un adulto mayor o a una mascota. En estos casos, la temperatura corporal podría incrementarse de una manera alarmante y causar graves lesiones térmicas a importantes órganos e incluso podría causar la muerte por un golpe de calor. En el caso de las mascotas, estas podrían morir en tan solo 15 minutos y los niños, a diferencia de los adultos, no pueden regular su temperatura corporal fácilmente.
De igual modo, un golpe de calor también podría afectar tu persona como conductor, especialmente cuando ingresas al coche con temperaturas superiores a los 50°C. En este caso, sufrirlo cuando estás al volante podría convertirse en una situación por demás peligrosa, ya que el calor excesivo te puede llevar a la pérdida del conocimiento y como consecuencia, a la pérdida total del control del volante.
Así mismo, las elevadas temperaturas dentro del vehículo, son capaces de provocar quemaduras por contacto. En este sentido, de acuerdo a un estudio realizado, se han registrado temperaturas internas del habitáculo en 46°C, en el volante 52°C, en el salpicadero 69°C y en los asientos, es posible encontrar hasta 50°C de calor. Con estos valores tan elevados, resulta peligroso para cualquier persona y sobre todo para un niño, quemarse accidentalmente con solo tocar cualquier componente o superficie.
Los resultados de un estudio que te sorprenderá
Según un estudio científico realizado por el Laboratorio de Energía Solar de la Universidad de Wisconsin Madison, los vehículos se calientan en su interior debido al efecto invernadero. En este sentido, tenemos que la luz solar cuando atraviesa las ventanillas es absorbida internamente por las superficies y esta a su vez, es reflejada de vuelta en forma de calor. Debido a que este calor no puede salir al exterior por el cristal, la temperatura del interior aumenta considerablemente en relación con la temperatura ambiente; es lo que llamamos efecto invernadero, la entrada de radiación que no puede volver a salir.
Este prestigioso laboratorio ha desmontado el mito donde se creía que el color de la carrocería de un coche era un factor determinante a la hora de volverse más o menos caluroso frente a las radiaciones del sol, ya que se pensaba que los coches negros absorben más calor que sus contrapartes en color claro.
En este estudio se demostró que el color externo de los automóviles no afecta a la cantidad de calor que puede llegar acumularse en su interior, ya que al ser la carrocería una parte externa y ventilada del coche, no afecta el calor interno. Sin embargo, el color de la tapicería, del salpicadero y de los otros componentes, sí podrían condicionar la subida de la temperatura, ya que las superficies oscuras pueden absorber más energía solar que las superficies claras y más aún, si se trata de materiales como el polipropileno.