Saltarse un semáforo rojo es una actitud de riesgo castigada en el código de circulación. Pese a ello, la multa por saltarse un semáforo es de las más habituales. No obstante, la sanción también es recurrible, si se dan ciertas circunstancias.
Los semáforos son elementos fundamentales para ordenar el tráfico en las ciudades. Estos dispositivos, inventados inicialmente en Inglaterra en 1868, hoy día son multitud y cuentan con funciones inteligentes para ordenar mejor el tráfico. Sin embargo, también son fuente de problemas para algunos conductores, especialmente para aquellos aficionados a pisar a fondo ante un semáforo en ámbar.
Precisamente por eso, saltarse un semáforo en rojo es una falta grave, al igual que lo es llevar los neumáticos en mal estado o ir hablando por el móvil al volante. Sin embargo, esto no impide que la citada sanción sea una de las más habituales entre los conductores españoles. Para que sepas a qué te expones, vamos a analizar al detalle cuál es la multa por saltarse un semáforo rojo. Y para compensar, también te daremos algunas pistas sobre cómo recurrir una multa por semáforo rojo, para que puedas defenderte si consideras que dicha sanción no es adecuada.
Lo que dice el Código de circulación
La señal del semáforo cuenta con una especial protección, por lo que los conductores están obligados a respetarla de forma específica. Este precepto se recoge en el artículo 146 del Reglamento de Circulación, que establece que las señales lumínicas que indican la prioridad de paso en un cruce de vías tienen máxima prioridad para el conductor. De hecho, es tal la importancia de estos semáforos que prevalecen sobre todas las demás señales, ya sean verticales u horizontales.
Las consecuencias de saltarse uno de estos semáforos son considerables. Por una parte, tal como corresponde a una falta grave, la multa por saltarse un semáforo rojo es de 200 euros, que se quedan en 100 euros si se pagan dentro del plazo voluntario de pago reducido.
Afortunadamente para el infractor, saltarse un semáforo no implica la pérdida del carnet de conducir, tal como pasa con las sanciones por alcoholemia. Pero esto depende de cuántos puntos tiene un conductor concreto, dado que esta infracción resta cuatro puntos del carnet. Por tanto, si el conductor tiene menos de esos puntos, entonces sí perdería el carnet de conducir y debería hacer un curso para recuperarlo.
Cómo se impone una multa por semáforo rojo
Como es obvio, para que la autoridad nos imponga una multa por pasarse un semáforo rojo es necesario que cometamos este acto. Sin embargo, en lo que sí hay variedad es en las formas en las que nos pueden imponer esta sanción. Algo importante, como veremos a la hora de recurrir la multa.
La más habitual es que la sanción sea impuesta por un agente, que perciba esa conducta. Lo normal es que esta multa nos llegue a casa pasado un tiempo, pues no suele haber posibilidad de que el agente pare el vehículo para identificar al conductor y notificar la multa en el acto.
Algo parecido pasa con los sistemas automatizados de sanciones. Hablamos de herramientas tecnológicas como las cámaras de tráfico o los sistemas foto rojo. Estos equipos están sincronizados con los semáforos y toman imágenes de la zona de paso una vez que la luz se pone en rojo, generando una imagen que identifica a los vehículos infractores.
Esto nos deja la pregunta de cuánto tarda en llegar una multa por semáforo rojo. Por desgracia, no hay una respuesta clara, dado que esto depende del tiempo que la autoridad correspondiente necesite para procesar la misma y enviarla. Y conociendo lo que suelen tardar estas administraciones en hacer cualquier gestión, seguramente pase algo de tiempo hasta que la multa llegue.
Cómo recurrir una multa por semáforo rojo
Cuando recibimos una multa por semáforo rojo, existe la posibilidad de recurrir la misma, si consideramos que esta no se ajusta a la realidad. Aunque es un proceso complicado, si estimas que la multa no te corresponde, puedes intentarlo.
Uno de los argumentos más habituales para recurrir estas multas es solicitar el control metrológico de las herramientas utilizadas para imponer la sanción. Al igual que pasa con los radares de velocidad, las cámaras y los dispositivos foto rojo deben contar con el correspondiente control de metrología, que verifique su correcto funcionamiento. En caso de que este no exista o haya caducado, se podría recurrir la sanción, por haberse impuesto con un sistema no controlado.
Otro aspecto que puede ayudarnos a recurrir son los elementos de error de la imagen. En ella, debe observarse con total precisión tanto el color en el que se encuentra el semáforo como el propio vehículo. Es necesario que se vea claramente la matrícula del mismo, la marca, el modelo y el resto de elementos utilizados para identificarlo y proceder con la sanción. De nuevo, si alguno de estos elementos no está claro, puede servirnos como argumento para el recurso.
Todo lo que hemos comentado hasta ahora sirve para las multas impuestas por sistemas automatizados. En caso de que la sanción se imponga por un agente, será necesario reclamar la ratificación del agente y de su testimonio, que debe quedar debidamente acreditada en documento oficial.
Respecto del proceso para recurrir la multa, este suele indicarse en el boletín de denuncia. En general, es necesario presentar un escrito con las alegaciones correspondientes ante el organismo que impone la sanción. No obstante, cada vez son más los seguros de coche que incluyen este servicio entre sus coberturas. Así que puedes ahorrarte el trabajo y encargárselo a tu aseguradora.
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