Las cadenas de nieve no son un accesorio habitual para los españoles, especialmente cuanto más al sur viven. Por eso, es habitual que cometamos diversos errores a la hora de montar las cadenas, que pueden acabar siendo un problema a la hora de circular con seguridad.
Triangulos, chaleco, gato, llaves para cambiar ruedas… son algunos de los accesorios que llevamos en nuestro vehículo y que nos garantizan la movilidad en caso de pinchazo o avería leve. Algunos usuarios precavidos añaden a este lote las luces de repuesto, aceite o refrigerante para el motor. Y los menos, acompañan a este kit unas cadenas para nieve.
De todos modos, esto último no es extraño. España no es un país que se vea especialmente afectado por el hielo y la nieve durante el invierno, salvo en zonas concretas del país y en tiempos en los que el clima se vuelve especialmente duro. En estos casos si es razonable tener unas cadenas en el maletero, especialmente si está previsto circular por zonas conocidas por dar problemas con la nieve y el hielo. No obstante, tampoco es extraño que cuando toca usar las cadenas metamos la pata estrepitosamente en el intento. Para que puedas corregirlos, vamos a ver los errores más frecuentes a la hora de colocar las cadenas y la forma en que podemos evitarlos.
#1 No aprender a colocar las cadenas previamente
Los experimentos, con gaseosa. Y al igual que no nos vamos a dar una caminata con unos zapatos recién estrenados tampoco deberíamos esperar a que nieve para colocar por primera vez las cadenas en nuestro coche. Por eso, es recomendable experimentar en la tranquilidad de nuestro hogar la colocación de dichas cadenas, viendo la forma en que nos indican las instrucciones cómo proceder. Así, el día que tengamos que hacerlo de verdad, todo será más fácil. Una tarea en la que es clave leer las instrucciones del fabricante sobre cómo debemos proceder con el montaje.
#2 Colocar las cadenas incorrectamente
De nada sirve comprar las mejores cadenas para nieve si no las instalamos correctamente. Las cadenas para nieve siempre deben colocarse en los neumáticos sobre los que se encuentra la tracción. Así que lo habitual es situarlos en las ruedas delanteras, salvo en los vehículos de tracción trasera, en los que las cadenas se trasladan a este eje. En caso de que tengas un 4 x4, si puedes volcar la tracción en un eje este será en el que debemos colocar las cadenas. En caso de no ser posible, lo ideal sería montarlas en las cuatro ruedas.
#3 No aparcar con seguridad para colocar las cadenas
Aunque seguramente no haya mucho tráfico en la zona donde queramos pararnos a colocar las cadenas, hacerlo en mitad de la calzada es un riesgo innecesario. Es necesario que busquemos una ubicación segura para proceder al montaje de las cadenas. Esta zona debe ser plana, en la medida de lo posible, y no ser demasiado resbaladiza ni estar tampoco excesivamente cargada de nieve, dado que todo esto puede acabar siendo un problema a la hora de proceder con la instalación de las cadenas.
#4 No usar guantes
Las cadenas para nieve están fabricadas con metal y otros elementos que pueden causar daños en nuestras manos. Algo a lo que también ayuda el frío del exterior así como la presencia de nieve y humedad, tanto en el suelo como en los pasos de rueda y en el propio neumático. Todos estos elementos pueden causar arañazos y cortes en las manos durante el proceso de colocación de las cadenas en su lugar. Para evitarlo, es imprescindible que utilicemos guantes de seguridad adecuados a nuestra talla y que tengan la protección necesaria para evitar que la humedad o cualquier filo puedan hacernos heridas en las manos.
#5 No verificar el montaje
Una vez que hemos montado las cadenas en el vehículo es necesario recorrer unos metros, con unos 100 basta, y volver a detener el vehículo para verificar el montaje. En el caso de las cadenas metálicas tradicionales es posible que tengamos que apretar ligeramente el conjunto, lo que también puede ocurrir en las cadenas semiautomáticas. En el caso de las cadenas textiles, esta verificación tiene por objeto comprobar que las fundas están correctamente colocadas sobre la rueda, debidamente estiradas y que no hay pliegues ni otros inconvenientes en el montaje. En caso de no cumplir con esta verificación corremos el riesgo de que las cadenas queden mal montadas y “patinen” sobre los neumáticos, lo que además puede ser un riesgo grave, dado que estas pueden engancharse en los diferentes elementos móviles del vehículo.
#6 No respetar los límites de velocidad
Todas las cadenas de nieve actuales, tanto las tradicionales metálicas como las de tela o las semiautomáticas, tienen un límite de velocidad muy claro: 50 kilómetros por hora. Es decir, mientras las cadenas estén montadas en los neumáticos no deberíamos superar esa velocidad, sin importar la vía en la que nos encontremos. Pero esto no quiere decir que debamos circular a esta velocidad, puesto que la misma deberá ajustarse a las condiciones específicas del tramo en el que estemos circulando. Así que si estamos en una zona montañosa con muchas curvas, con una gran cantidad de nieve o con una fuerte pendiente siempre tendremos que ajustar la velocidad a la que nos permita mantener el vehículo en la calzada con seguridad.
#7 No quitar las cadenas a tiempo
Las cadenas de nieve, como su propio nombre indica, están diseñadas para la circulación sobre nieve. Por ello deben retirarse en el momento en que la nieve desaparece de la carretera. El motivo es doble. En el caso de las cadenas de nieve tradicionales, las metálicas, el proceso de giro con las cadenas daña los neumáticos, tanto al dibujo como a los tacos. En el caso de las cadenas textiles o de otros materiales similares, estas tienden a deteriorarse en el momento que no cuentan con una capa de nieve suficiente y compacta en su parte inferior sobre la que rodar. Así que es imprescindible retirar las cadenas en el momento que las mismas no sean necesarias.
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