Dentro de los gastos obligatorios a la hora de comprar vehículos de segunda mano se encuentra el ITP o Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales. Un importe adicional que conviene conocer a la hora de evaluar si una operación nos interesa o no.
Comprar un vehículo de segunda mano es una operación interesante para aquellas personas que no vean necesario comprar un coche nuevo o bien para aquellos que desean tener un vehículo específico, pero prefieren pagar menos por él, haciéndose con un modelo usado. En todos estos casos, el proceso de venta está sujeto a una serie de gastos e impuestos que conviene conocer, puesto que los mismos cambian de forma considerable el coste de la transmisión del coche y también el importe total de la operación.
Uno de los importes más importantes, por su coste, es el impuesto de transmisiones patrimoniales de vehículos. Este impuesto grava la transmisión del vehículo y es clave cumplir con su pago. De no hacerlo, la DGT no te autorizará cambiar el titular del vehículo hasta que lo hayas liquidado correctamente. Por eso, es importante conocer este impuesto y la forma en la que se gestiona.
Qué es el impuesto de transmisiones patrimoniales
El ITP o Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados es una tasa de tipo indirecto que afecta principalmente a tres tipos de operaciones: las transmisiones patrimoniales onerosas, las operaciones societarias y los actos jurídicos documentados.
En el caso que nos ocupa, es el primer aspecto el que obliga al pago de este impuesto. La venta de un vehículo de segunda mano supone una transmisión de un patrimonio, el citado vehículo, a cambio de una cantidad económica. Algo parecido ocurre cuando vendemos o compramos una vivienda o una plaza de garaje. En estos dos casos, también sería necesario liquidar este impuesto, como parte del proceso de venta de la propiedad. Por tanto, es otro importe a considerar al valorar el precio de transferencia del coche que tengamos entre manos.
Quién paga el impuesto de transmisiones patrimoniales del coche usado
Este es uno de los aspectos que más controversia genera a la hora de liquidar el impuesto. No obstante, la ley es muy clara al respecto. La obligación de declarar y abonar el impuesto de transmisiones patrimoniales de un vehículo usado corresponde al comprador, que es la persona que inicia la operación, por así decirlo. Por tanto, esta será la responsable de su gestión y de su pago en la administración autonómica correspondiente.
No obstante, esto no quiere decir que el pago sea exclusivamente cosa del comprador. Sí es cierto que el dinero lo va a abonar el comprador, pero si las partes acuerdan que este pago lo realice el vendedor, abonando el importe al comprador, o que se pague entre ambas partes, también es posible hacerlo. Es lo mismo que pasa si el coche usado tiene un neumático (si pulsas aquí, tienes varias opciones de compra) en mal estado. Este puede ser cambiado por el comprador, por el vendedor o bien abonado a medias, junto con el resto de reparaciones y revisiones que precise el vehículo. Todo es cuestión de negociar.
Cuánto cuesta el ITP
Esta pregunta tiene una respuesta bastante compleja. Por una parte, el importe del impuesto varía en función de lo que cada comunidad autónoma establece. De hecho, es habitual que muchas tengan baremos diferentes en la valoración de vehículos usados. Para ello, se utilizan parámetros como la antigüedad, la potencia o la cilindrada del motor. El resultado es una serie de porcentajes, que se aplican sobre el valor venal o el valor fiscal del coche implicado en la transmisión.
Como referencia, en Andalucía se paga el 4% de forma general y el 8% para vehículos de más de 15 caballos fiscales. En Cataluña, se aplica un tipo general del 5%, estando exentos los ciclomotores y los vehículos de más de 10 años que no sean históricos y tengan un valor menor a 40.000 euros. En Madrid, se aplica una tasa general del 4% para todo tipo de vehículos.
Para conocer el importe con precisión, en la red existen páginas con las que calcular la transferencia del coche en la DGT, que incluyen tanto el coste del citado ITP como el resto de costes asociados, como las tasas de tráfico y similares. Una solución muy práctica a la hora de saber cuánto cuesta transferir un coche concreto.
Cómo pagar el ITP
Para pagar el ITP es necesario ejecutar dos pasos diferentes. El primero de ellos es proceder a la declaración del impuesto, utilizando el formulario oficial correspondiente. En este documento figuran todos los datos de la operación, incluyendo los del comprador, el vendedor y el vehículo en cuestión. Es importante cumplimentar correctamente el documento, dado que en caso de no hacerlo es posible que tengamos que desandar el proceso.
El segundo paso es la liquidación y pago del impuesto. La administración evalúa los datos que hemos entregado y gira la liquidación del impuesto por el importe correspondiente. Como decíamos en el punto anterior, ese importe depende tanto del valor venal del vehículo como de los porcentajes que correspondan aplicarle, según la legislación correspondiente. Este importe deberá ser ingresado por el comprador en cualquier entidad bancaria colaboradora de la administración, mediante la carta de pago que se nos entrega para ello.
Es importante saber que el impuesto se declara ante la delegación de Hacienda de la comunidad autónoma en la que reside el nuevo propietario, siguiendo el principio de la obligatoriedad para el comprador. Por otra parte, el plazo para dejar resuelto este trámite es de 30 días contados desde la fecha del contrato de compraventa, que también será necesario presentar durante la tramitación del impuesto.
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