Uno de los grandes misterios existentes sobre los neumáticos es aquello que tiene que ver con su caducidad. ¿Los neumáticos caducan? ¿Se pueden montar neumáticos con muchos años de antigüedad? ¿Debo cambiar neumáticos solo porque están viejos? Arrojemos algo de luz sobre estas dudas, para que viajar con seguridad no sea cuestión de fechas.
Los neumáticos son uno de los elementos más importantes para nuestra seguridad a la hora de viajar en coche. Un elemento que, al estar fabricado con elementos orgánicos como el caucho, está sujeto al paso del tiempo y sus consecuencias. Sin embargo, incluso entre profesionales, son muchos los que difieren respecto de cómo el paso del tiempo afecta a nuestros neumáticos y qué comportamiento debemos tener al respecto. Para que tengas algo más claro el alcance de esta cuestión vamos a analizar algunas de las preguntas más habituales al respecto.
¿Los neumáticos caducan?
Es una de las preguntas más habituales que suelen hacerse los conductores. En la práctica, los neumáticos no tienen una fecha de caducidad establecida. De hecho, la única fecha que se indica en los neumáticos es la fecha de fabricación, de la que hablaremos en detalle algo más adelante.
Dicho esto, es importante recordar que el caucho de los neumáticos es un elemento orgánico que tiene tendencia a perder parte de sus propiedades con el uso pero también con el paso del tiempo. Sin embargo, este deterioro temporal no es algo lineal, de modo que no podemos establecer un tiempo cerrado para que un neumático no pueda usarse. En lo que sí hay cierto consenso es que un neumático nuevo, sin usar, empieza a perder parte de sus propiedades a partir del 5º año desde su fabricación, mientras que su caducidad final estaría en los 10 años, siempre que hayan sido almacenados correctamente.
¿Puedo pasar la ITV con unos neumáticos viejos?
La respuesta a esta pregunta sería depende. En concreto, depende del estado concreto de los neumáticos y sus condiciones. Si los neumáticos no tienen cortes, deformaciones y mantienen un adecuado estado en su dibujo y adherencia es posible pasar la ITV sin problemas. Sin embargo, esto no quiere decir que los neumáticos sean seguros, dado que con el paso del tiempo estos pierden propiedades y pueden acabar convirtiéndose en patines que se deslicen sobre el asfalto en el momento en que caigan cuatro gotas.
Por otra parte, dentro de las instrucciones técnicas que tienen los operarios de ITV no se recoge ningún aspecto relacionado con la fecha de fabricación de los neumáticos. Lo único que se verifica es que los neumáticos sean iguales en ambos lados de cada eje y que los mismos cuenten con las medidas y características que figuran en la ficha técnica del vehículo, además de verificar su aspecto general, obviamente. Más allá de aquí no van a mirar si tienen 2, 3, 5 o 10 años. Solo nos pondrían pegas en las cuestiones comentadas anteriormente.
¿Qué efectos tiene el paso del tiempo sobre los neumáticos?
El principal problema relacionado con el paso del tiempo respecto de los neumáticos es la denominada cristalización. Este proceso aparece cuando la goma del neumático pierde sus propiedades adherentes y forma sobre la superficie una capa resbaladiza, que no agarra en absoluto al suelo. Esta capa suele aparecer en vehículos que no ruedan demasiados, aparcados en garaje y con neumáticos con ya bastante antigüedad.
Las consecuencias de esta cristalización son evidentes. Unos neumáticos cristalizados pierden el agarre sobre el asfalto, además de perder la capacidad de evacuar el agua adecuadamente, dado que el neumático no absorbe la misma durante el rodaje. Algo que puede ser causa de accidentes. Algunos usuarios comentan que un ligero lijado de la superficie puede resolver el problema, pero dado que este seguramente afecte a toda la superficie de la goma, incluyendo la que dejaremos al descubierto con el lijado, la mejor opción es proceder al cambio de dichos neumáticos. Algo en lo que deben tener especial cuidado los dueños de vehículos que hagan pocos kilómetros al año, puesto que el aspecto externo de las ruedas puede llevarnos a engaño.
¿Cuándo se ha fabricado mis neumáticos?
Conforme a la legislación vigente, todos los neumáticos que se fabrican deben tener un marcaje obligatorio que indique la fecha de fabricación de los mismos. Este marcaje suele estar en el flanco exterior del neumático, siempre que los mismos hayan sido montados correctamente.
Este marcaje se llama DOT y nos indica tanto la semana como el año de fabricación de dichos neumáticos. Así pues, un neumático con la denominación 5017 habría sido fabricado en la semana 50, sobre mediados de diciembre, del año 2017. Esta es la fecha que deberíamos tomar como referencia para el resto de aspectos que hemos comentado antes.
Por cierto, respecto de la fecha de fabricación, hay algunos usuarios que a la hora de comprar los mejores neumáticos para su vehículo tienen la tendencia de buscar a la desesperada neumáticos que tengan la misma semana de fabricación. En realidad, a menos que haya una diferencia muy elevada entre ambas fechas, de un año o más, la diferencia entre un par de semanas más o un mes menos no se nota en el comportamiento de los neumáticos una vez instalados.
No todos son fechas
Hemos hablado hasta aquí de fechas, fabricaciones y desgastes. Pero no queremos dejar de mencionar otra cuestión clave para la buena vida de unos neumáticos: el almacenamiento. Algo que puede modificar de forma considerable el estado y buen uso de los neumáticos e incluso arruinar un juego recién fabricado.
En general, para que los neumáticos de coche se mantengan en buen estado es imprescindible que los mismos se almacenen en un lugar seco, con una ventilación adecuada y a una temperatura que no sea demasiado elevada. Solo cumpliendo con estos parámetros de almacenaje se pueden lograr esos 10 años de espera que hemos comentado. Además, es imprescindible que los neumáticos estén alejados de vapores y productos químicos que puedan afectar a su estructura. Algo que es incluso más importante que su fecha de fabricación, puesto que estos elementos sí pueden suponer un riesgo para el uso futuros de dichos neumáticos.