La nieve blanca, el sol amarillo… y los neumáticos negros. Hay objetos que siempre van aparejados a un color y los neumáticos no son una excepción. Sin embargo, ¿Cuál es la causa de esta relación? ¿Podríamos tener neumáticos de colores?
Si miramos los coches, furgonetas y demás vehículos que tenemos a nuestro alrededor veremos cómo estos vehículos tienen una cosa en común: sus neumáticos son negros. Una decisión que no es casual, aunque tampoco es algo que se haya determinado así, sino que viene derivado del propio proceso de fabricación de estos productos. De todos modos, dado que la historia es algo más compleja, vamos a viajar un poco en el tiempo para saber por qué los neumáticos son negros.
En el principio fueron blancos
El proceso de fabricación de neumáticos emplea diferentes componentes, entre los que se encuentra el caucho natural. Un ingrediente cuyo color blanco es el que predomina daba en los primeros neumáticos que se fabricaron en el mundo. Algo esperable, dado que este componente apenas se veía complementado con algunos aglutinantes y resinas de este color, que eran los ingredientes básicos de los primeros neumáticos que empezaron a rodar en el mundo.
Obviamente, este color era bonito pero estéticamente tenía un problema: se ensuciaba mucho. Más aún considerando las primeras carreteras por las que estos neumáticos rodaban hace ahora cerca de 150 años. De todos modos, no serían estas razones estéticas las que llevarían a cambiar el color de los neumáticos, sino un aspecto más profundo.
Llega el negro de carbón
El cambio definitivo en el color de los neumáticos se lo debemos a uno de sus componentes. Hablamos del negro de carbón. Este ingrediente se obtiene, como otros tantos, directamente del petróleo y tiene la ventaja de incrementar de forma considerable tanto la resistencia de los neumáticos como su vida útil, de modo que el desgaste se reduce y estos podían ser utilizados por más tiempo.
Algo que empezó a probarse allá por 1917, en que empieza a añadirse este polvo a la mezcla con la que se fabricaban los neumáticos, percibiéndose al momento las referidas mejoras en el rendimiento. Algo que, como su propio nombre indica, tuvo el efecto secundario de teñir los neumáticos de negro, que es el color que conservan hasta nuestros días. Por cierto, el negro de carbón no solo está presente en los neumáticos sino también en productos más domésticos como la tinta de impresora, por ejemplo.
En la actualidad, la cantidad de negro de carbón empleada en los neumáticos es variable, rondando en torno al 25% aproximadamente. No obstante, la misma varía entre fabricantes y tipos de neumático. La buena noticia es que este ingrediente, junto al resto de elementos presentes en el neumático, es reciclable y se utiliza en la fabricación de pistas deportivas, vallas e incluso carreteras, por las propiedades de resistencia y durabilidad ya mencionadas.
El resurgir del blanco
En este punto es posible que te venga a la cabeza alguno de esos coches típicos de los años 20 y 30, propios de las películas de la mafia, en las que los coches tenían esos neumáticos de tira blanca que hoy día son ya clásicos. Unos neumáticos que siguen hoy día en el mercado, bajo diferentes formatos y tamaños aptos para los coches de siempre.
La forma en que se obtiene esa bonita tira blanca de los neumáticos es diversa. En algunos casos se trata de una tira pintada o impresa directamente sobre los neumáticos durante su proceso de fabricación, aunque es lo menos habitual… entre otras cosas porque no hablamos precisamente de neumáticos baratos. En otros casos, los neumáticos son simplemente negros, aunque cuentan con una especie de sobrellanta colocada sobre la llanta y el neumático original y que simula esa tira blanca. Una solución algo más simple y económica, aunque no del gusto de los más puristas.
Como última opción, algunas empresas venden líquidos con los que pintar de blanco aquellos elementos de nuestros neumáticos, tales como las letras de los flancos. Algo que, por otra parte, no acaba de tener el mejor de los acabados, según comentan los usuarios.
Un toque de color
Llegados a este punto, es posible que alguien se pregunte si es posible encontrar neumáticos de colores que no sean el negro al que estamos acostumbrados. Pues bien, es posible encontrar neumáticos de colores, aunque en una oferta tan escasa y reducida que seguramente no te sea posible cambiar los de tu vehículo por unos de este tipo.
Esta idea surgió con fuerza allá en la primera década de este siglo XXI. En estas fechas fueron varios los fabricantes de neumáticos, incluyendo los de primera línea, los que empezaron a plantearse la posibilidad de modificar ese negro de carbón para lograr neumáticos de colores diferentes al negro. Para ello, empezaron a trabajar con diferentes pigmentos y otros compuestos químicos, que permitieran darle un color diferente a esas ruedas. Algo que, además, iba en línea con la fiebre del tunning y de la personalización del vehículo hasta sus últimos elementos.
Sin embargo, pese a la emoción inicial y a algunos lanzamientos en colores por parte de los fabricantes, estos no tardaron en darse cuenta de que si algo lleva siendo así durante muchos años es probable que los consumidores no tengan ganas de cambiarlo. Y es que cuando los conductores andan buscando los mejores neumáticos para su coche no se preocupan del color. Se preocupan del dibujo, de la resistencia, de la durabilidad y de la seguridad que les ofrecen. Así que conforme llegaron, estas ruedas de colores se marcharon.
No obstante, hoy día sigue habiendo posibilidad de hacerse con estas ruedas, principalmente procedentes de fabricantes chinos de segunda línea, lo que tampoco es que de mucha tranquilidad. De mayor calidad son algunos productos de Toyo y Kumho, fabricados mediante humo de color, que añaden un interesante toque de color al negro de siempre y que, según los modelos, incluso pueden generar humo de colores al derrapar. Algo ya tremendamente exagerado y pensado para usuarios muy concretos.