¿Sabías que hay una forma económica y sencilla por la que tus neumáticos pueden durar más tiempo y tener un desgaste más adecuado a lo largo de su vida útil? Algo que no solo te permite ahorrar dinero, sino que también te ayuda a conducir con mayor seguridad.
Seguramente que cuando has ido a cualquier taller de neumáticos, has visto entre los servicios que prestan la rotación de neumáticos. Esta operación es una gran desconocida para los usuarios, pese a ser una opción muy práctica tanto para alargar la vida de los neumáticos como para lograr un desgaste más regular de los mismos. Algo que también es fundamental para tu seguridad y para ahorrarte dinero. Así que si eres de los que buscan los mejores neumáticos de relación calidad precio y además quieres gastarlos de la forma más eficiente, no tienes más que descubrir este sistema, que te detallamos a continuación.
¿En qué consiste la rotación de neumáticos?
La rotación de neumáticos es un proceso por el que se modifica la posición en la que se han montado los neumáticos, de modo que los que estaban situados en una parte del vehículo se sitúan en la opuesta. La rotación más habitual es la que intercambia los neumáticos traseros a los delanteros y viceversa, aunque como veremos más adelante, son varios los modos en los que se efectúan estas rotaciones, conforme a las características del vehículo.
La principal ventaja que nos ofrece esta rotación de neumáticos es la de lograr un desgaste más homogéneo en todo el juego de neumáticos, dado que al ir pasando por diferentes posiciones en el vehículo estos neumáticos se ajustan al estado concreto de la amortiguación y el rodaje en cada una de estas posiciones. Algo que nos ayuda a lograr un mayor aprovechamiento de los neumáticos y que puede alargar los intervalos de mantenimiento y cambio de las ruedas. Y por cierto, si tienes curiosidad, no hablamos de una operación cara, dado que una rotación de neumáticos puede costar de 20 a 50 euros aproximadamente, dependiendo de si se equilibran de nuevo esos neumáticos como paso previo a la rotación, lo que no siempre es imprescindible.
Requisitos previos
Para poder rotar los neumáticos de nuestro vehículo, son necesarias dos consideraciones previas. La primera es que todos los neumáticos tengan las mismas medidas y dimensiones. Casi todos los turismos, furgones y buena parte del resto de los vehículos usan los mismos neumáticos en todos sus ejes, pero algunos vehículos, los menos, varían las medidas o características de esos neumáticos de eje a eje. En estos últimos, solo sería posible ejecutar la rotación de lado a lado. Es decir, pasando el neumático de la parte izquierda a la derecha, y viceversa.
El otro requisito que debemos tener en cuenta para rotar neumáticos es que todos ellos deben haberse montado a la vez o con una diferencia de no demasiados kilómetros, sobre 5.000 a lo sumo. La explicación a esta exigencia viene dada por el desgaste. A medida que los neumáticos circulan con el vehículo, estos van perdiendo parte de su dibujo y su profundidad. Por eso, siempre que cambiamos solo los neumáticos de un eje, se recomienda que los neumáticos más nuevos se monten detrás, y los que estén en mejor estado de los ya instalados se monten en el eje delantero. Por lo tanto, no tendría demasiado sentido rotar neumáticos nuevos con otros ya usados o con dibujos muy diferentes.
Tipos de rotaciones existentes
En función de las características del vehículo y de sus neumáticos, disponemos de tres tipos de rotaciones posibles para nuestros neumáticos. La primera opción es la única que permiten ejecutar los vehículos con neumáticos unidireccionales. Estos neumáticos tienen la particularidad de contar con un diseño que solo permite su montaje en una dirección, que viene indicada en el flanco. Estos neumáticos solo pueden usarse hacia dicho lado, de modo que la única rotación posible es la de montar los neumáticos del eje trasero en el delantero.
La segunda opción es la usada en vehículos 4×4 que no monten neumáticos direccionales. En este caso, sí podemos realizar una rotación completa en X, de modo que los neumáticos traseros pasan al eje delantero, cambiando además el lado del montaje. Por tanto, el delantero derecho pasaría a la posición trasera izquierda, el trasero derecho a la delantera izquierda y así sucesivamente.
La tercera opción es del vehículo con tracción delantera, pero que no monte estos neumáticos unidireccionales. En este caso, la rotación se haría en dos fases. En una primera fase, procederíamos a la rotación en X que ya hemos mencionado. En la segunda fase, pasado un cierto kilometraje de la primera, la rotación se haría de eje trasero a delantero y a la inversa. Algo que permite exprimir aún más la vida útil de las ruedas.
Consideraciones finales
Como punto final a este artículo, vamos con algunas consideraciones que deben tenerse en cuenta a la hora de realizar este cambio o rotación de neumáticos. Una de ellas tiene que ver con el kilometraje recomendado. Aquí hay opiniones para todos los gustos. Algunos profesionales opinan que debe hacerse cada 10.000 kilómetros, otros cada año, otros cada 20.000 kilómetros… Lo cierto es que el intervalo depende del uso, siendo la opción del año la más adecuada para usuarios que hagan más de 10.000 kilómetros al año. Para el resto de usuarios, esos 10.000 km son una buena referencia.
Hay que tener en cuenta que la rotación no resuelve problemas del vehículo, tales como suspensiones en mal estado, defectos en los brazos que sujetan los neumáticos o cualquier otro que pueda existir. Por tanto, conviene tener claro que los ejes funcionan correctamente antes de proceder a la rotación. Además, una vez montados los neumáticos en sus ejes correspondientes, es imprescindible ajustar las presiones conforme a lo que nos indica el fabricante del vehículo.
Como aspecto final, durante el proceso de rotación debe verificarse que los neumáticos están en buen estado y no tienen golpes, pellizcos, deformaciones en los flancos o en el centro del neumático, ni cualquier otro problema que pueda ser causa de accidente. Si este es el caso, debemos cambiar los neumáticos en mal estado, por cuestiones de seguridad.