Cuando se trata de cambios de marchas, lo habitual es que nuestro vehículo tenga uno manual, al menos en España. Pero la llegada de la caja de cambios DSG lleva tiempo ofreciendo una interesante alternativa, en un formato a medio camino entre la caja manual y la automática.
Una de las cosas que más sorprende a los estadounidenses cuando llegan a España es que los coches tienen una palanca para cambiar las marchas, que tienen que usar continuamente. Más o menos lo mismo que les pasa a los españoles que llegan a Estados Unidos y no encuentran la caja de cambios o el embrague. Y es que los coches con cambio automático en España son una rareza.
Sin embargo, en este planteamiento hay una alternativa interesante, como es el cambio DSG. Esta tecnología, creada originalmente por el grupo Volkswagen, incorpora lo mejor de ambos mundos, de manera que une la alta eficiencia de una caja automática con las sensaciones y el control que ofrece una caja manual.
Si no sabes qué es el DSG, ni cómo funciona esta tecnología, te damos a continuación todas las respuestas, incluyendo algunos consejos respecto del buen mantenimiento del cambio DSG y los problemas que pueden surgir si no lo cumplimos.
Qué es el cambio DSG
Lo primero que tenemos que saber es de qué estamos hablando. El sistema DSG fue presentado en el año 2003 por Volkswagen, que lo incluyó en el Golf R32. Este vehículo deportivo contaba con 241 caballos y seis cilindros. Este sistema suponía una forma nueva de exprimir esa potencia, con un cambio mejorado.
El sistema DSG cuenta con un planteamiento mixto, en el que se une el control eficiente del cambio manual con la sencillez de uso y la rapidez del cambio automático. De hecho, si no sabes qué es DSG, estas siglas corresponden a Direct Shift Gearbox, o caja de cambios de activación directa, lo que nos da algunas pistas de por dónde van los tiros.
La idea del cambio DSG es ofrecer un sistema de doble cambio, por el cual la caja de cambios ya tiene planteado el siguiente movimiento a realizar, según las condiciones de conducción. Para ello, el dispositivo cuenta con un sistema de doble embrague, que se encarga de mantener las dos siguientes marchas a medio engranar. Si aceleramos lo suficiente, entonces se sube la marcha y si frenamos se aplica la inferior.
Estos dos embragues se integran en un sistema de caja partida, de modo que un embrague se mueve junto con las marchas impares y el otro embrague se encarga de las pares. Por eso, es posible ir cambiando las marchas de la forma que estamos comentando, a la manera que lo haría un vehículo con dos cajas de cambio automáticas, por así decirlo.
Por cierto, aquellas primeras cajas fueron una novedad pero también un quebradero de cabeza para los usuarios. El principal motivo era su durabilidad, que no siempre estaba a la altura de lo que sería esperable en un vehículo de alta gama. Por suerte, eso fue cambiando con el tiempo.
Cómo funciona el cambio DSG
A la hora de conducir, el comportamiento de un cambio DSG es similar al de un cambio de marchas automático. De hecho, no hay que aprender nada especial para saber cómo usar un cambio DSG si ya te manejas con un automático. La caja de estos vehículos cuenta con una posición para aparcar, otra para la marcha atrás, el punto muerto y las dos velocidades de marcha, la de mayor potencia y menor velocidad y la de menor potencia y mayor velocidad, según andes por terrenos montañosos o en llano.
Una vez elegido el modo de circulación que nos convenga, no tenemos más que rodar con normalidad, aunque sin tener que pisar el embrague y sin tocar la palanca de cambios. La unidad central del DSG se encarga de hacer los cambios completos por ti, dependiendo del ritmo que le marques al coche. Lo mejor de todo es que, salvo cuando se circula despacio, no vas a notar tirones ni tampoco percibirás los cambios de marcha. Estos se realizan a alta velocidad pero de forma suave. Algo que se traduce en una sensación más deportiva y un mejor aprovechamiento del motor, como veremos a continuación.
Ventajas y desventajas del sistema DSG
Al igual que pasa con muchas tecnologías, el sistema DSG tiene muchas ventajas, pero también algún inconveniente. Entre esas ventajas, tenemos un sistema de cambio ultrarrápido, que es posible gracias a ese embrague DSG dual.
La tecnología actual permite ejecutar los cambios en apenas 40 milisegundos, reduciendo así el tiempo frente a las primeras cajas equipadas con este sistema. Una rapidez que tiene la ventaja de exprimir más la potencia del motor. Dado que el tiempo en cambiar de marcha es muy reducido, apenas hay pérdidas de potencia durante esos cambios.
Algo parecido pasa con el consumo, que es algo más reducido en los vehículos con DSG. Esto tiene que ver con ese mismo aprovechamiento, que no desperdicia energía en los cambios. Como último extra, el sistema DSG se adapta mejor a las condiciones de la vía. Por tanto, en terrenos más montañosos o complejos, siempre circularás con la marcha óptima.
Respecto de las desventajas, las más habituales están relacionadas con las averías del sistema. Un cambio DSG con un mantenimiento inadecuado es garantía de que las cosas fallarán en poco tiempo. Este sistema requiere de un cambio de aceite cada 60.000 kilómetros, derivado de la alta exigencia de lubricación de su funcionamiento.
Por otro lado, también existen ciertos problemas en el cambio DSG 6 velocidades cuando se circula a velocidades bajas o se hacen maniobras de aparcamiento. En estos casos, al soltar el freno se percibe un movimiento del coche similar al salto que da cuando metemos una marcha y soltamos el embrague de golpe. Algo que no es del todo agradable.
Qué coches usan el cambio DSG
Aunque hemos hablado de los vehículos de Volkswagen como principal referente respecto de los que montan estas cajas DSG, lo cierto es que son varios los vehículos del grupo VAG que también las montan. Entre ellos, tenemos los Audi, donde el sistema se denomina S Tronic. En la práctica es lo mismo, pero con un nombre que vende más.
Respecto del resto de fabricantes, cada vez son más los que se están sumando a esta tecnología, planteamientos similares y nombres diferentes. Entre ellos, tenemos el sistema Powershift de ciertos modelos de Ford, el cambio EDC de Renault o la tecnología TCT de los Alfa Romeo. Una prueba de que la idea de Volkswagen es interesante y que va ganando espacio entre los fabricantes.
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