Si les echamos un vistazo a los coches que se matriculaban hace unos diez años y los comparamos con los de hoy, veremos cómo son muchos los elementos de seguridad que han cambiado. Un aspecto clave para reducir la siniestralidad de nuestras carreteras y rodar con más tranquilidad.
Durante muchos años, la cifra de conductores fallecidos en carretera en España se incrementaba sin cesar. Unos números que se traducían en miles de dramas familiares derivados de un hecho tan sencillo como desplazarse por nuestro país. Esta cifra tuvo su máximo en el año 1989, con casi 6.000 muertos. No obstante, desde prácticamente los años 70 hasta la 2003 esa cifra rondaba los 4.000 muertos, en una tendencia que no tenía freno.
Sin embargo, las estadísticas muestran una mejora considerable de la siniestralidad y especialmente de las cifras de muertos en carretera, hasta reducirlas a apenas 1.100 víctimas en este pasado año 2019. Una evolución en la que las medidas impuestas por la Dirección General de Tráfico, tales como la implantación del carnet por puntos, la obligatoriedad de uso del cinturón y del casco para los motoristas o los diferentes cambios en los límites de velocidad en vías secundarias han tenido una considerable influencia.
Pero aún mayor ha sido la influencia de los avances tecnológicos en seguridad que han surgido en los últimos años, con los que se reducen tanto el número de accidentes como los daños causados por los mismos. Veamos algunos de los avances más destacados de este periodo.
Sistemas de frenos
Los frenos son uno de los elementos claves en la seguridad activa de cualquier vehículo. Un campo que cambió de forma radical en 2004, con la obligatoriedad de incluir frenos ABS en todos los vehículos. Un sistema que evita el bloqueo de las ruedas y da mayor control al conductor durante las frenadas bruscas.
Este sistema se combina actualmente con el EBD, o repartidor electrónico de frenada, que se encarga de distribuir la fuerza de los frenos de forma inteligente para hacer más eficiente el proceso. En cuanto al futuro cercano, las últimas novedades en este campo tienen que ver con el sistema de frenado de emergencia, que es capaz de detener el vehículo por sí solo en caso de riesgo de colisión inminente con un vehículo u objeto.
Control de estabilidad
En paralelo a las mejoras de los sistemas de frenos, los vehículos actuales cuentan con diferentes sistemas que se encargan de reducir el riesgo de perder el control del coche en situaciones complejas.
Estos sistemas de control de tracción distribuyen la energía de forma eficiente a la hora de tomar curvas complejas y realizar giros o frenadas de emergencia, reduciendo el riesgo de vuelco del vehículo o las colisiones derivadas de una pérdida de control del mismo, como un derrape. Estos sistemas son obligatorios desde 2012 y se integran con el resto de sistemas de seguridad para ofrecer una protección integral.
Luces
Las luces del coche son otro de los elementos que hoy día poco tienen que ver con lo que eran. Frente a las bombillas de filamento o las halógenas, hoy día contamos con faros de descarga y faros LED para alumbrar nuestro camino. Algo fácil de comprobar en cualquier comparativa de luces para coche que caiga en nuestras manos, donde estas tecnologías destacan por su capacidad de alumbrar a una mayor distancia, de forma más segura y sin deslumbramientos.
En esta nueva tecnología también se incluyen avances como las luces activas, que enfocan nuestro camino a medida que giramos el volante, o la función cornering, que aporta un extra de luz a la hora de tomar curvas. Sin olvidar la llegada de las luces láser, aún mejores que las LED, aunque aún muy caras para ser un producto de uso masivo.
Estructuras deformables
En cuanto a las medidas de seguridad pasiva, es decir, aquellas que protegen a los viajeros cuando se produce un accidente, una de las más destacadas son las estructuras deformables con las que hoy día se fabrican los vehículos. Antiguamente, cuando veíamos un vehículo tras una colisión, incluso grave, lo habitual era que la estructura del coche siguiera intacta o con pequeñas deformaciones. Sin embargo, hoy día cualquier pequeño choque provoca una considerable deformación en la carrocería del vehículo.
La diferencia de este comportamiento salva vidas. La rigidez de las estructuras de los coches antiguos implicaba que la energía de la colisión se transfiriese directamente al usuario, con dramáticas consecuencias para su integridad física. Hoy día, la deformación de la carrocería implica que gran parte de la energía derivada de la colisión se disipe, reduciendo así los daños causados a los ocupantes. Un incremento en las reparaciones de chapa que, a cambio, reduce nuestras lesiones.
Airbags
Los airbags son otra de las grandes revoluciones en el mundo de la seguridad pasiva. Estas bolsas de aire son los mejores compañeros del cinturón de seguridad, evitando así que en caso de colisión puedas golpearte contra el habitáculo del vehículo. El primero en llegar fue el airbag del pasajero, añadiéndose después el del conductor. Posteriormente llegaron los de las plazas traseras y los últimos en llegar son los de cortina, que se despliegan a lo largo de las ventanillas, o los de rodillas, que asoman debajo del salpicadero.
El resultado: un conjunto de bolsas de aire que saltan en caso de colisión y nos envuelven en un entorno mullido y seguro, evitando golpes contra el habitáculo y reduciendo notablemente las lesiones sufridas por los ocupantes. Una solución tan eficiente que incluso las marcas ya están trabajando en airbags exteriores, que protejan a los peatones en caso de atropello.
Ayudas activas
Hemos dejado para el final las ayudas activas que hoy día se están implantando en los vehículos y que nos darán mucho juego. Entre estas ayudas tenemos los avisos de cambio involuntario de carril, que nos alertan ante posibles despistes durante la conducción. También tenemos los sistemas de detección de fatiga, que nos “despiertan” cuando perciben que nos estamos durmiendo al volante, incluyendo también recordatorios cuando sea momento de descansar en la ruta.
Pero el futuro de estas ayudas activas tiene mucho que ver con el coche automático que ya está siendo probado por empresas como Tesla o Google. Es cierto que vamos a seguir conduciendo durante muchos años, al menos la mayoría de usuarios, pero también es verdad que toda la tecnología que se está desarrollando al abrigo de estos vehículos poco a poco se irá añadiendo a los vehículos convencionales, para protegernos aún más durante nuestros viajes.