Cuando se trata de iluminar la carretera cuando circulas, las luces halógenas suelen ser lo más habitual. Pero existen algunas alternativas interesantes, como las luces de xenón o las bombillas LED, que pueden darte un extra de seguridad en tu ruta.
Desde el principio de los tiempos, la noche ha sido uno de los principales enemigos de los conductores. Cuando se trata de circular a alta velocidad, el hecho de no ver lo que tenemos delante resulta un problema considerable. Algo que, desde los primeros vehículos, se trató de solventar con diferentes elementos. En los albores de la automoción, estos vehículos solían montar unas lámparas de carburo, en las que la reacción de una mezcla carburo de calcio y agua generaba una especie de llama, formada al quemarse el gas acetileno generado en el proceso. Posteriormente, llegarían las lámparas incandescentes, las bombillas de filamento convencionales, con algunos tratamientos específicos para darles una mayor resistencia.
En la actualidad, lo que tenemos generalmente montado en nuestros vehículos son luces halógenas, cuya capacidad de iluminación es bastante superior a la de las bombillas incandescentes clásicas. Sin embargo, el avance de la tecnología no cesa, tal como podemos ver en la llegada de nuevas tecnologías, tales como los faros de xenón o bien los sistemas basados en bombillas LED. Nuevas propuestas con las que disfrutar de un alumbrado aún mejor a la hora de circular con nuestro vehículo. Sepamos más de lo que nos ofrece cada opción actualmente a la venta.
Bombillas halógenas
Las bombillas halógenas son una evolución moderna de las bombillas incandescentes tradicionales. El sistema de iluminación que emplean es el mismo, aunque modificando los componentes. En concreto, estas bombillas cuentan con un filamento interior fabricado en wolframio, que se rodea de una serie de gases inertes y un gas halógeno, como el yodo o el bromo.
La mezcla de estos gases se encuentra en un equilibrio químico óptimo, de modo que esta particular atmósfera permite incrementar la cantidad de luz que genera la lámpara, al tiempo que se duplica, aproximadamente, la durabilidad de la lámpara. Todo ello en un sistema relativamente sencillo de fabricar con la tecnología actual, de modo que no es especialmente costoso elaborar este tipo de bombillas. Como hemos comentado, suelen ser las más habituales en los vehículos nuevos, aunque en los modelos de gama media y alta empiezan a ser reemplazadas por nuestra siguiente protagonista.
Bombillas de xenón
Variando el sistema de las bombillas halógenas convencionales, nos encontramos con los bombillas de xenón. Una propuesta cuya principal diferencia es que el gas utilizado en el interior de la bombilla cambia, ahora y que en este caso la luz se obtiene mediante el calentamiento de este gas. Por tanto, no es tanto un sistema de filamento luminoso sino que en este caso hablamos de un gas activo, sobre el que se genera la iluminación.
En el interior de estas bombillas se encuentra un sistema de transformadores, así como una centralita, que es la responsable de gestionar el sistema y de mantener el alto voltaje que requiere el xenón para su uso. El resultado es una luz más blanca, o menos amarilla, que la luz de las bombillas halógenas, que además tiene una potencia lumínica mayor a la de estas.
Bombillas de LED
Como tercer elemento de este particular tridente luminoso nos encontramos las bombillas de LED. Son la última novedad en llegar al mercado y tienen ventajas tanto frente al xenón como frente a los modelos halógenos tradicionales. En concreto, las bombillas de LED generan una gran cantidad de luz, mayor incluso al xenón, con una temperatura fría que emite una luz blanca cercana al azul. Algo que evita problemas con la luz amarilla convencional, que puede modificar la visión de la vía durante la conducción.
Por si fuera poco, estas luces tienen también un consumo de energía más ajustado, de modo que el motor tiene que trabajar menos para encenderlas. Algo fundamental para los modernos coches eléctricos. Y para rematar el diseño, el producto cuenta con una vida útil muy amplia, de modo que estas luces no hay que cambiarlas con la frecuencia del xenón y, aún menos, con la frecuencia de los modelos halógenos.
El problema a la hora de elegir
Llegados a este punto, es posible que ya estés buscando las mejores bombillas LED para coche que pueda encontrar. O bien, te plantees jubilar tus viejas bombillas halógenas y montar unas de xenón. Sin embargo, antes de que te emociones más de la cuenta, es necesario saber un par de cosas.
La primera de ellas es que estos sistemas de iluminación no son compatibles entre sí. Es decir, en un coche equipado con luces halógenas no es posible montar luces de xenón, igual que tampoco es posible montar luces LED en un vehículo con otro sistema montado. En caso de que quieres modernizar tu vehículo con unas luces LED o unas lámparas de xenón el proceso va más lejos de cambiar un par de bombillas. De hecho, es posible que si el hueco de los faros es algo pequeño ni siquiera puedas hacer el cambio.
El segundo problema, relacionado con el anterior, es que este proceso de cambio no es sencillo, no solo a nivel técnico sino también en el aspecto legal. Los cambios en los sistemas de iluminación del vehículo se consideran como una reforma de importancia y, como tal, requieren de un proceso complejo para su legalización. Sin entrar en mucho detalle, este proceso requiere de un certificado de conformidad de la instalación, emitido por un perito técnico en la materia, así como pasar la ITV, a fin de que se dé el visto bueno a la instalación. Algo que supone mucho dinero y unos cuantos desplazamientos.
Así pues, la opción que nos queda a la hora de elegir suele limitarse a cuando nos compramos un vehículo nuevo, a menos que estemos dispuestos a pasar por caja y pasar todo este complicado proceso que supone homologar un nuevo sistema de luces en nuestro vehículo.