Comprar un coche kilómetro 0 o de segunda mano se ha simplificado considerablemente, debido a la facilidad con la que podemos ingresar a un sitio y elegir el que más nos gusta. No obstante, es necesario analizar en detalle cada aspecto importante para lograr la mejor compra.
Si necesitas un coche y te has planteado la posibilidad de comprarlo, hay una gran cantidad de alternativas. Por tanto, es una inversión que no debes tomar a la ligera, puesto que se trata de varios miles de euros en juego y quieres que tu inversión te proporcione el mayor beneficio posible, evitando comprar algo que sea motivo de dolores de cabeza en el futuro.
Básicamente, tienes dos opciones para adquirir tu coche y son: kilómetro 0 y de segunda mano. Cada una de ellas tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Comenzaremos hablando de los coches km 0.
Coches kilómetro 0
Un coche de este tipo debería tener mayor nivel de tecnología y seguridad, debido a que las marcas se esmeran en mejorar cada día sus diseños y proveer a cada modelo de nuevos atractivos tecnológicos. Además, es impecable la apariencia de un coche kilómetro 0 y nadie la cuestiona.
De igual forma, debido a que nunca ha sido utilizado, no tienes que preocuparte por antecedentes delictivos en los que el coche podría haber estado implicado. También, es posible elegir entre diferentes versiones de equipamiento según tus preferencias y el color del exterior e interior.
En cuanto a desempeño, los controles de calidad a los que están sometidos los coches permiten que disfrutes de varios años de uso sin tener que preocuparte por otra cosa que no sea proporcionarle los servicios básicos. Así, las reparaciones importantes no deben quitarte el sueño, puesto que el coche tiene garantía y puedes reclamar cualquier desempeño incorrecto atribuible a fallas de fabricación. Los neumáticos tampoco deberán ser reemplazados en un corto plazo y otras piezas de desgaste funcionarán debidamente por un periodo considerable.
También, un coche km 0 consta de piezas mecánicas que le permiten ofrecer un menor consumo de combustible y una mejor experiencia de conducción, basada en los modelos previos.
Coches de segunda mano
En contraparte, un coche de segunda mano no se compara en precio, ya que siempre será más barato. La tasa que se cobra por concepto de impuestos suele ser menor (aunque dependerá de la ciudad y el tipo de coche) y el seguro también podría ser, en ciertos casos, más económico que el de uno de kilometraje 0. También, es más sencillo encontrar un coche de segunda mano que se adapte a tu presupuesto o que se encuentre dentro del rango de precio que tienes establecido para la compra.
Si buscas con cuidado, podrías encontrar ofertas realmente atractivas para coches cuyo dueño anterior ha sido sumamente responsable de proporcionar todos los servicios necesarios, por lo que el coche se mantiene en excelentes condiciones de desempeño y apariencia. Solo debes solicitar el carnet de servicios y verificar que han sido realizados en talleres certificados.
De igual forma, puedes tener más información en relación al desempeño que ha caracterizado al modelo dentro del mercado y también sondear algunas opiniones y experiencias que otros dueños han tenido y que pueden estar disponibles en foros. Finalmente, el proceso de compra de los coches de segunda mano también puede ser más rápido, ya que algunos coches nuevos no se tienen en stock y podría existir una lista de espera para poder ser entregados.
Otros aspectos a considerar
Ahora que has leído un poco acerca de las dos opciones, podrías tener en cuenta las cualidades que debería tener el coche que mejor satisface tus necesidades. Para esto, deberás preguntarte con honestidad ¿qué necesito? En este punto debes tener en cuenta en qué lugar vas a utilizar el coche: ¿en la ciudad?, ¿en la carretera? Con este par de preguntas ya puedes eliminar algunas opciones de la gran lista de posibilidades. Te presentamos una lista de puntos a analizar:
Capacidad: Si regularmente viajarás solo, no tiene mucho sentido adquirir un coche para 5 personas, consumirá más combustible y requiere mayor espacio para almacenarse. En este caso, es muy probable que sea suficiente con un coche de 4 plazas. Esto también puede suponer una ventaja al momento de buscar dónde estacionarse en sitios públicos.
Tipo de transmisión: Si no quieres realizar cambios manuales constantemente, tienes problemas con tus rodillas o tu ciudad se caracteriza por la gran cantidad de pendientes y declives, quizá prefieras un coche de transmisión automática. Sin embargo, hay quienes prefieren el control y bajo coste de un coche de transmisión manual.
Rendimiento de combustible: Al tener un coche, tus gastos por combustible o facturas de energía se convertirán en el pan de cada día. Debido a esto, conviene que eches un vistazo al promedio de kilómetros que podrías obtener por cada litro de combustible suministrado o Kilowatt de consumo, para saber qué tan costoso podría ser transportarte en tu nuevo coche.
Seguridad: Siempre es mejor estar preparado para los eventos desafortunados que podrían ocurrir. En tal contexto, más bolsas de aire y zonas de absorción de impactos podrían hacer una gran diferencia, llegado el momento. De igual forma, analiza la tecnología de frenado que ofrece el coche que te agrada, prefiriendo aquellos que sean más eficientes.
Comodidad: Las amenidades como la radio, el aire acondicionado o la calefacción y las conexiones USB podrían hacer que tus viajes sean más placenteros. Especifica qué te gustaría.
Mantenimiento: No es lo mismo llevar al taller mecánico un coche con diesel que uno híbrido o eléctrico. Es mejor estar informado en relación a las tarifas promedio por los servicios periódicos que tendrás que pagar, para evitar que tu coche se deteriore y comience a ocasionar problemas.
Seguro: Según la marca y el modelo, puede haber cambios importantes en la tarifa de planes disponibles para cada aseguradora. Si bien esto no es un factor muy determinante en tu decisión de compra, recuerda que se trata de un gasto adicional a la compra del coche que estarás pagando mientras lo tengas.
Después de considerar todos estos puntos, viene otro que es fundamental: tu presupuesto.
Tener un coche propio es muy práctico. Siempre está disponible, puedes elegir la ruta de viaje, etc. Pero en comparación con el transporte público, significa gastos fijos adicionales, comprar neumáticos, reparaciones, combustible, cuotas de estacionamiento, verificaciones, renovación de permisos, etc. Debes ser realista y no solo analizar si tendrás dinero para comprarlo, sino también para hacer frente a todos esos gastos adicionales que antes no tenías, para que tu cartera no sufra cada mes.
Llegado a este punto, ya puedes tener más certeza en relación a lo que necesitas y lo que puedes comprar. Así como las ventajas de elegir un coche nuevo o de segunda mano.
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